martes, 3 de junio de 2008

La venida del Espíritu Santo

Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días…
recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.
Hechos 1:5, 8

Cuando el Señor Jesús dijo que el Espíritu Santo iba a venir a la tierra, se refirió tanto al bautismo colectivo del Espíritu Santo como al hecho de que los discípulos lo recibirían personalmente. Esto ocurrió aquel día de Pentecostés relatado en Hechos 2. Primeramente el Espíritu Santo llenó la casa donde los discípulos estaban reunidos; luego vino sobre cada uno de ellos bajo la forma figurada de lenguas de fuego.

El lado colectivo. Ese día de Pentecostés tuvo lugar el bautismo del Espíritu Santo. Todos los redimidos fueron unidos por medio de él. Desde entonces, juntos constituyen el Cuerpo de Cristo. Pentecostés es el momento del nacimiento de la Iglesia, el conjunto y la unidad de todos los creyentes. Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo (1 Corintios 12:13). Además, la Iglesia es el lugar donde Dios habita mediante su Espíritu: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros (3:16).

El lado personal. Desde Pentecostés, el Espíritu Santo toma posesión o sella a toda persona que cree en el Evangelio de la salvación para morar en ella. Es el poder de la nueva vida que recibimos en el momento de nuestra conversión. El Espíritu obra en cada creyente para que éste haga la voluntad de Dios en su vida. ¿Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios? (1 Corintios 6:19). Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne (Gálatas 5:16).

Fuente: La Buena Semilla

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