"Como las manos de Moisés se cansaban, tomaron una piedra y la pusieron debajo de él. Moisés se sentó sobre ella, mientras Aarón y Hur sostenían sus manos, uno de un lado y el otro del otro; así se mantuvieron firmes sus manos hasta que se puso el sol" (Éxodo 17: 12)
Una vez que Moisés dio de beber al pueblo del agua de la roca, por mandato de Jehová; posteriormente sucedió la batalla contra Amalec. Josué salió a pelear por su pueblo Israel; pero cuando Moisés alzaba su mano, el triunfo era de Israel y cuando él bajaba su mano, vencía la tribu de Amalec.
Ante el dilema de victoria y luego derrota, dos líderes tomaron una gran piedra y lograron que Moisés se sentará, para que no se canse y además, Aarón y Hur le sostuvieron ambos manos, al mantenerse firme, lograron juntos la victoria a favor de Israel.
Este cuadro bíblico e histórico nos enseña varios principios. Uno, que es vital luchar unidos, porque divididos, nuestros esfuerzos causarán pérdida de tiempo y no lograremos ganar la batalla. Dos, es vital que apoyemos al líder, hermano en la fe, o cualquier oficial de la Iglesia para que no se canse, ni se desanime al contrario se fortalezca. Tres, podemos aplicar este principio a cualquier esfera de trabajo, Iglesia, empresa, nos necesitamos mutuamente para trabajar en equipo.
Leí en una presentación de un libro; que el éxito y mayor venta de una obra se debe al trabajo de todos. Cuando cada persona colabora, y apoya al más débil y anima al pusilánime; hay éxito. Unamos nuestros esfuerzos, habilidades y trabajemos para la Gloria de Dios. "Somos necesarios, no indispensables".
"Una casa dividida, no puede permanecer firme" Jesús
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