viernes, 27 de junio de 2008

El deseo de tener hijos y tener tierra

Bien se ha dicho que el ser humano, todavía no cambia, pues, desea tener hijos y tener tierra, y añado el tener poder. Ahora veamos como Dios cumple lo que promete. "Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como le había prometido. Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo que Dios le había dicho" (Génesis 21: 1-2)

Se cuenta que una vez un político reunió a mucha gente del pueblo y cuando le tocó el turno de hablar al público, les arengó, diciendo: "Yo les prometo, construir un puente"; la multitud, le dijo; pero no hay Río, entonces dijo el político: "les haré un Río". Simple demagogia, de gente que promete y no cumple.

Pero que interesante es mirar la Biblia, y mirar que Dios cumple lo que promete. El Señor les prometió un hijo a Abraham y Sara; y así lo hizo. La esclava Agar y su hijo Ismael fueron expulsados de la casa de sus amos, porque ella menospreció a su patrona, y además ya había heredero legítimo.

Como buen creyente en Dios, Abraham un hombre de paz, pacta con Abimelec para no hacerle mal; a pesar de un pozo de agua que le habían hecho sin consultar a Abraham, este procede con bondad.

La actitud de Abraham, nos enseña a confiar en Dios, a orar; y saber tratar al prójimo. El hecho de que seamos creyentes en Dios, no nos debe exaltar los ánimos, ni disponer a relaciones tensas con los vecinos. Debemos buscar la paz; las relaciones entre compatriotas, para el bienestar de nuestra sociedad.

Confiemos siempre en las promesas del Señor. Si el hombre falla, ¿Por qué no prueba las promesas del Señor?

Ahora hágase un examen de conciencia, ¿Cumplo con mis promesas? ¿Deseo poder, tener hijos, tierra sin la bendición de Dios?

Fuente: Mi tiempo con Dios

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