. . . guarda la prudencia y la discreción. . . Entonces andarás con seguridad por tu camino. . . Proverbios 3:21,23.
Un frustrado dueño de casa tenía un patio lleno de topos. Probó todo lo que se le ocurrió para derrotar a su enemigo subterráneo, pero estaba perdiendo la batalla. Finalmente un amigo le informó que estaba tratando de resolver su problema de la manera equivocada. Los topos no eran los culpables. El verdadero problema era el gusano del cual se alimentaban los topos. Si se deshacía del gusano, los topos no tendrían razón para quedarse.
El tercer capítulo de Proverbios nos da una situación paralela. En vez de topos, el problema es el temor, la clase de temor que nos roba la fortaleza durante el día, y el sueño durante la noche (vv.24-25).
Lo que también es evidente en este capítulo es que podemos eliminar nuestros temores sólo atando el «gusano» que lo atrae. Debemos eliminar nuestra autosuficiencia e irreverencia (vv.5-8). Tenemos que tratar nuestros caminos malignos y necios con una firme aplicación de la sabiduría divina y con entendimiento (vv.13-18). Sólo entonces cederá el temor.
Lo importante es conocer el verdadero problema para poder trabajar en él. Cuando se trata de temor, debemos tomar decisiones sabias basadas en la Palabra de Dios, y construir una relación de amor y confianza con Cristo. Eso es lo que se necesita para deshacerse del «gusano».
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