sábado, 12 de abril de 2008

La cruz de nuestro Señor Jesucristo

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

1 Juan 2:15


Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo de Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14-15).

La cruz de Cristo era una necesidad absoluta de parte de Dios para la salvación de la humanidad, pero, de hecho, fue erigida por la humanidad, animada por un odio mortal hacia el Hijo de Dios. Éste vino al mundo hecho por él, pero el mundo no le conoció (Juan 1:10). Los hombres no quisieron recibir a aquel que estaba en medio de ellos lleno de amor y abnegación. Lo clavaron en una cruz, para ellos expresión de la más profunda crueldad y desprecio. Ese modo de ejecución se aplicaba a los esclavos y malhechores de la época. Tal fue el lugar que se le dio a Jesús; todas las clases sociales, que generalmente estaban en desacuerdo, se unieron para ejecutar este hecho infame. El mundo se deshizo de Jesús, el Hijo de Dios, y escogió a Satanás como jefe.

Al rechazar al único que podía salvarla, la humanidad firmó su propia condena. Hasta la cruz de Cristo todo se hallaba, por así decirlo, en un estado de observación y experimento; el hombre aún no se había revelado plenamente. Pero la cruz de Cristo puso toda su maldad a la luz, manifestando su enemistad contra Dios.

Ya que… el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación… Predicamos a Cristo crucificado
(1 Corintios 1:21-23).

Fuente: La Buena Semilla

No hay comentarios: