La oración del pecador es una oración que una persona hace a Dios, cuando entiende que es pecadora y en necesidad de un Salvador. Hacer una oración del pecador no va a lograr nada por sí misma. Una oración del pecador es efectiva solamente si ésta representa genuinamente el que la persona sepa, entienda, y crea acerca de su pecaminosidad y necesidad de salvación.
El primer aspecto de la oración del pecador, es entender que todos somos pecadores. Romanos 3:10 proclama, “Como está escrito: no hay justo, ni aún uno.” La Biblia pone muy en claro que todos hemos pecado. Todos somos pecadores en necesidad de misericordia y perdón de Dios (Tito 3:5-7). A causa de nuestro pecado, merecemos castigo eterno (Mateo 25:46). La oración del pecador es un ruego por gracia en lugar de juicio. Es una solicitud de misericordia en lugar de ira.
El segundo aspecto de la oración del pecador es conocer lo que Dios ha hecho para remediar nuestra condición perdida y pecaminosa. Dios lo asumió en la carne y se volvió un ser humano en la Persona de Jesucristo (Juan 1:1,14). Jesús nos enseñó la verdad acerca de Dios y vivió una vida perfectamente justa y libre de pecado (Juan 8:46; 2 Corintios 5:21). Jesús se levantó de la tumba para probar Su victoria sobre el pecado, la muerte y el infierno (Colosenses 2:15; 1 Corintios capítulo 15). A causa de todo esto, podemos tener nuestros pecados perdonados y la promesa de un hogar eterno en el Cielo – si solamente ponemos nuestra fe en Jesucristo. Todo lo que tenemos que hacer es creer que El murió en lugar nuestro y resucitó de la muerte (Romanos 10:9-10). Podemos ser salvos solamente por gracia, solamente por fe, y solamente en Jesucristo. Efesios 2:8 declara, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”
Hacer la oración del pecador es solamente una manera de declarar a Dios, que usted confía en Jesucristo como su Salvador. No hay palabras “mágicas” que resulten en salvación. Es solamente la fe en la muerte de Jesucristo y su resurrección, lo que puede salvarnos. Si usted comprende que es un pecador, en necesidad de salvación a través de Jesucristo, aquí está una oración del pecador que puede hacerla a Dios: “Dios, sé que soy un pecador. Sé que merezco la consecuencia de mi pecado. Sin embargo, estoy confiando en Jesucristo como mi Salvador. Creo que Su muerte y resurrección proveyeron mi perdón. Confío en Jesús, y solo en Jesús como mi Señor y Salvador personal. ¡Gracias Señor, por salvarme y perdonarme! ¡Amén!"
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