El campo de batalla es nuestra mente. Satanás, nuestro enemigo, sabe que si él puede ganar en el área de nuestros pensamientos, nos tiene cautivos.
Hay una promesa maravillosa de Dios en el área de nuestros pensamientos: "Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo“. 2 Corintios 10 :4,5
Lee estos cuatro pasos:
* Siembra un pensamiento sano, cosecha un acto sano.
* Siembra un acto sano, cosecha un hábito sano.
* Siembra un hábito sano, cosecha un estilo de vida sano.
* Siembra un estilo de vida sano, cosecha un destino santo.
Tú, has sido llamado a un destino alto, un destino de hacer grandes cosas en el Reino de Dios. No has sido llamado a la mediocridad, sino a la excelencia. Y esto empieza con tus pensamientos.
miércoles, 30 de julio de 2008
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