Sí se puede cuando estás decidido, cuando comprometes tu voluntad para lograr lo que deseas alcanzar.
Sí se puede si ante cada fracaso buscas reconocer tus propios errores, lo que te permitirá acumular sabiduría y todos tus sueños realizar.
Sí se puede si ante los conflictos mantienes una actitud positiva y, a pesar de las adversidades, tu ánimo no comienza a menguar, así, no habrá cima que no puedas alcanzar.
Sí se puede cuando ante los negativos y escépticos mantienes una sonrisa y la alegría se convierte en tu fiel compañera... siempre amigos podrás cautivar.
Sí se puede, cuando ante la duda y la incertidumbre, tu fé te mantiene firme.
Sí se puede, cuando aprendes a confiar en Dios, dejándole a él los imposibles y asi podrás entonces el camino de la plenitud alcanzar...
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