martes, 27 de mayo de 2008

Cómo reconocer una Iglesia saludable?

¿Está usted en el proceso de buscar una iglesia? Eso puede ser un reto, ¿no es así? Muchos de nosotros tendemos a basarnos en cuatro factores para hacer nuestra elección: denominación, estilo de música, tamaño, y ubicación. Pero esos por sí solos no pueden decirle lo más importante: ¿es una iglesia saludable?
¿Cómo encuentra usted una iglesia saludable? Este artículo le dará a usted algunas ideas. Pero primero, y más importantemente, ore. Pídale al Señor que lo guíe en su búsqueda. Entonces, a medida que usted sigue Su dirección, manténgase sensitivo a las siguientes seis cualidades esenciales de una iglesia saludable.

#1: Dios obtiene la gloria
Los edificios pueden ser preciosos, los pastores pueden ser dotados, y la música puede ser maravillosa, pero lo más importante es que su corazón y su mente sean dirigidos hacia el Señor. Glorificar a Dios significa magnificarlo y exaltarlo; llamar atención a Su grandeza, a Su amor, a Su gracia. El salmista cristaliza esta verdad en su oración al Señor:
No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da gloria,
por tu misericordia, por tu verdad. (Salmo 115:1)
Por alguna razón, es sorprendentemente fácil para nosotros atraer la atención hacia nosotros, ¿no es así? Magnificamos la personalidad de un pastor y exaltamos la brillantez de su sermón, y al hacer eso, nos volvemos un público ansioso que ha venido a ver a su estrella favorita actuar. Tristemente, Dios se vuelve un personaje de fondo en la actuación de alguien más. Eso no es lo que Su iglesia está destinada a ser.
La iglesia es el lugar donde las personas van a aprender acerca de la naturaleza de Dios y Su voluntad, para ser formados por Él a ser Su pueblo, y para profundizar su relación de amor con Él. Así que en una iglesia saludable, Dios es la "estrella", y la música y la predicación dirigen el centro de atención hacia Él.

#2: Jesucristo, el Hijo de Dios, es el centro
Sin Jesucristo y Su evangelio, no habría iglesia, porque no habría cristianismo. Glorificar a Dios también significa glorificar a Su Hijo, Jesucristo, que es "es el resplandor de su Gloria y la expresión exacta de su naturaleza" (Hebreos 1:3).
Entonces, una iglesia saludable es una iglesia centrada en Cristo. El evangelio de Jesucristo será preeminente, llevando al pueblo de Dios a regocijarse en la salvación de Cristo, descansar en Su perdón, seguir Su ejemplo, y obedecer Su enseñanza. Como el Padre ha "exaltado hasta lo sumo" a Su Hijo, así también debemos hacerlo nosotros (vea Filipenses 2:9-11).

#3: Dios es verdaderamente adorado
¿Ha usted visitado alguna vez una iglesia donde se leían las Escrituras, se cantaban cantos, y se predicaba un sermón, pero de alguna manera la adoración no estaba presente? Lo deja a usted sintiéndose como si estuviera vacío y desconectado del Señor, ¿no es así?

La adoración no puede ocurrir a no ser que el corazón esté envuelto. Una iglesia saludable adorará desde el corazón, buscando ser sensitiva a la impresionante presencia del Señor (vea el Salmo 95).

En una iglesia saludable, una que se reconoce con gratitud como "las ovejas de Su mano", usted debe poder sentir
  • una reverencia respecto a la Palabra del Señor,
  • alabanza sincera en la música tocada y cantada,
  • y deleite en el Señor y amor por Su pueblo en las palabras del sermón.
En una iglesia saludable, el amor por el Señor estará detrás de todo lo que se hace (vea 1 Corintios 13), atrayendo los corazones de las personas para que ellas puedan venir ante el Señor como una comunidad adoradora.

#4: La Palabra de Dios no es solo enseñada sino también aplicada
Una iglesia floreciente también se distingue por su devoción a aprender y vivir la Palabra de Dios. ¡Qué privilegio es para nosotros tener la Biblia! La propia revelación del Señor "inspirada por Dios" de Su naturaleza, Su corazón, Sus acciones, y Su voluntad (vea 2 Timoteo 3:16 NVI). Es emocionante entrar a su presencia a través de Su Palabra; o debe serlo. La oración del salmista puede hacer mucho para moldear nuestras expectativas: "Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley" (Salmo 119:18).
No es suficiente, sin embargo, contemplar Su Palabra y mantenerla guardada en nuestras mentes. Debemos vivirla, obedecerla, tener nuestras vidas moldeadas por ella. Jesús mismo enfatizó la importancia de aplicar Su enseñanza:
"Cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca." (Mateo 7:24-25)
El Señor nos ha dado Su Palabra para (1) enseñarnos sobre Sí Mismo, (2) mostrarnos el camino de la salvación y de la vida, (3) ayudarnos a crecer en sabiduría y hacernos maduros, (4) estabilizar nuestra fe en tiempos de pruebas, y (5) poder detectar y enfrentar el error, solo para nombrar algunas cosas.
Así que es crucial que la enseñanza de un pastor
  • esté basada en las Escrituras, no en libros populares o en sus propias opiniones o motivos de enfado,
  • sea personal en lugar de teórica, lo cual pudiera crear indiferencia,
  • sea relevante, mostrando cómo la verdad de Dios es tan aplicable para hoy en día,
  • sea balanceada con humildad, amor, y gracia, para evitar intolerancia y orgullo, y
  • Ser solamente el medio para conseguir un fin: conocer y adorar a Su autor, no a la Biblia misma.

#5: El amor de Dios puede ser visto y sentido
Compasivo… bondadoso… humilde… manso… paciente… perdonador… amoroso. Estas son las cualidades por las cuales Dios quiere que Su pueblo sea conocido, porque estas cualidades reflejan quién es Él (vea Colosenses 3:12-14). ¿Recuerda usted la última conversación de Jesús con sus discípulos en el aposento alto? Después de lavar sus pies con humildad y mansedumbre, Jesús les dijo, "Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; así como yo os he amado … En esto conocerán todos que sois mis discípulos" (Juan 13: 34a, 35a).

Entonces, una iglesia saludable será distinguida por la atención y la empatía de sus miembros unos por otros. Se sentirá como una familia en lugar de una corporación. Y rebozará un cálido espíritu de bienvenida que libremente comparte el regalo de la gracia de Dios.

#6: Las buenas nuevas de Dios les serán expresadas a otros
La iglesia del Señor no es un club campestre exclusivo que disfruta en un resplandor de gloria privada, sino es "una ciudad situada sobre un monte" y "la luz del mundo" que llama a las personas "de las tinieblas a su luz admirable" (Mateo 5:14; 1 Pedro 2:9). Al igual que Jesús vino "a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10), así es nuestro llamado ahora de buscar a los perdidos y decirles del Salvador.
Así que una iglesia saludable estará activamente preocupada por el mundo fuera de sus paredes. Orará por aquellos que no conocen el amor de Dios o se han alejado de Él. Alentará y entrenará a su gente (sin presionar) a expresar su fe a otros; ya bien sea en su trabajo cotidiano u ofreciendo ayuda a los necesitados en su comunidad. Y les enseñará a tratar a los incrédulos con respeto, manteniendo su dignidad y permitiendo que el Espíritu Santo obre en ellos a Su manera y en Su tiempo.

Cuando usted encuentra una iglesia con estas seis cualidades, ¡usted ha avanzado mucho para encontrar una iglesia saludable! Para mayor guía espiritual en su búsqueda, por favor lea los pasajes a continuación. Y Dios lo bendiga en su búsqueda para encontrar su iglesia.

Salmo 29
Corintios 1:3-4
Salmo 105
Efesios 1:22-23; 4:1-6, 11-16
Salmo 119:9-16, 97-104
Filipenses 2:1-11
Juan 4:23-24
1 Tesalonicenses 2:3-13
Hechos 2:43-47
Hebreos 13:15-17
Romanos 12
Apocalipsis 2-3

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