Un hombre q tenía un grave problema de miopía se consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con algunos amigos. Se le olvidaron los lentes en su casa y no podía ver los cuadros con claridad, pero eso no lo detuvo de ventilar sus fuertes opiniones.
Tan pronto entraron a la galería, comenzó a criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo q pensaba era un retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo: "El marco es completamente inadecuado para el cuadro. El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es una falta de respeto".
El hombre siguió su parloteo sin parar hasta q su esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó discretamente para decirle en voz baja: "Querido, estás mirando un espejo".
Muchas veces nuestras propias faltas, las cuales tardamos en reconocer y admitir, parecen muy grandes cuando las vemos en los demás. Debemos mirarnos en el espejo más a menudo, observar bien para detectarlas, y tener el valor moral de corregirlas es más fácil negarlas q reconocerlas, por eso es necesario hacer a un lado el orgullo pues solo con humildad podremos ver nuestros defectos y corregirlos.
El que encubre sus faltas no prosperará, más el que las admite y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13
martes, 23 de septiembre de 2008
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