lunes, 15 de septiembre de 2008

Monumentos de rendición


Por Jesús A. Romero

La única manera de vivir la vida cristiana es rendidos.

Es en nuestra debilidad que el poder de Dios se perfecciona en nosotros.

Mis padres viven en el Estado de Sonora, de donde soy originario, y cada vez que voy a visitarlos viajo por una carretera rural paralela a la línea divisora de Estados Unidos y México y que recorre parte de los estados de Nuevo México y Arizona.
Es una carretera muy pintoresca y prefiero usarla en vez de la autopista interestatal.
Entre los atractivos de esta carretera se encuentra un parque en el pueblo de Columbus Nuevo México que lleva el Nombre “Pancho Villa”, porque cuenta la historia que este revolucionario mexicano entro a los Estados Unidos el 9 de marzo de 1916 y muy temprano es esa mañana el pueblo de Columbus Nuevo México y la guarnición de soldados americanos fueron atacados por Pancho Villa y su gente haciendo a Columbus arder en llamas.
Al continuar por esta carretera también se pasa por un lado del “cañon del esqueleto” en las montanas de “Chiricagua”.
Chiricagua es el nombre de los apaches que habitaban esas regiones. En este parque estatal uno puede acampar y escalar montañas entre otro tipo de actividades del campo.
En particular hay un atractivo que por mucho tiempo me había intrigado y es un monumento que se erigió en memoria a la rendición del ultimo gran jefe apache: el indio Gerónimo.
Cada vez que pasaba por ese lugar me parecía un monumento denigrante. ¿Cómo era posible que se hubiera erigido un monumento a la rendición de Gerónimo?
Regularmente los monumentos se erigen por el triunfo, por la victoria, las agallas, pero no por rendirse, no por deponer las armas. Llegue a pensar que era algo muy humillante para los apaches, especialmente los descendientes de Gerónimo cuando pasan por ese lugar.
¿Puede haber monumentos de rendición dignos? ¿Hay algo digno en deponer las armas? ¿Hay algo digno en darnos por vencidos?
Nuestra mente nos dice que no. Nuestra mente nos dice que debemos ser independientes y luchar por lo que queremos, que nunca nos debemos dejar dominar por nadie.
Hemos sido enseñados a buscar resultados, a aprovechar cada oportunidad para nuestro beneficio. Los slogans modernos nos dicen: “afila tu espada”, “lucha hasta lograrlo” “piensa siempre en ganar” “nunca te rindas”.
Aunque esta forma de pensar es aplicable a ciertos aspectos de nuestra vida, puede ser dañina si la aplicamos a todas las cosas.
La practica de la vida cristiana es una serie de paradojas: “morir para vivir”, “Perder para ganar”, “ser los postreros para ser los primeros”.
Esto me lleva al punto de la rendición.
Creo que así como en esa carretera en el estado de Nuevo México se encuentra el monumento a la rendición de Gerónimo; en el mundo espiritual hay monumentos que se han erigido a la rendición.
En el camino a Damasco en el mundo espiritual esta el monumento a la rendición de Saulo cuando fue vencido por Jesús. Allí el exclamo: "¿Que quieres que haga Señor?, en otras palabras estaba declarando: ¡tu ganas!, ¡me has vencido! ¡Ahora soy tu esclavo!
En el valle de Jaboc, en el mundo espiritual, se encuentra el monumento a la rendición de Jacob, cuando fue herido por Dios y reconoció su condición y declaro: “Me llamo Jacob”, soy el agarra talones, el suplantador, el oportunista, el capitán de mi propia barca.
Creo que el monumento mas grande que se ha erigido a la rendición es la cruz sobre el monte de la calavera. Allí Jesús se rindió a la voluntad del Padre. En la cruz Jesús hizo a un lado su bienestar, sus derechos como hijo de Dios y se rindió al propósito del Padre. Permaneció rendido aun cuando sintió que el Padre lo había abandonado y exclamo “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
La única manera de vivir la vida cristiana es rendidos. Es en nuestra debilidad que el poder de Dios se perfecciona en nosotros.

Jesús declaro que al menos que el grano caiga a tierra y muera, no podrá dar fruto.
Si estas luchando en tu vida con ataduras y pecados es porque estas peleando con Dios y estas ganando.
¡La pelea con Dios en una en la que tienes que perder si es que quieres ganar!
Ríndete a la voluntad del padre, ríndete a sus propósitos y a su dirección.
Deja que en el mundo espiritual se levante un monumento a tu rendición.
Esto honrara más al padre que todas tus victorias.
Adoración es rendir culto, rinde tu vida como culto a El.

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